Invierno. Esta estación nos encanta tanto como nos da miedo. Entre mocos, dedos congelados y capas de ropa que nos hacen parecer cebollas, tenemos que admitir que no es el momento ideal para lucir lo mejor posible. Así que imagina: una boda a mediados de enero. La presión es enorme. ¿Cómo puedes mantenerte elegante, chic, fotogénica... y evitar la hipotermia? No te asustes. Te guiaremos paso a paso para que luzcas la mejor vestida en la ceremonia , sin que te tiemblen las rodillas.
Antes de hablar siquiera de un vestido de novia o un traje, hazte una pregunta sencilla: ¿qué me voy a poner que no me convierta en un cubito de hielo después de 10 minutos al aire libre? La respuesta: materiales naturales y cálidos. Y no nos referimos a ese viejo forro polar de senderismo.
La lana (y sus variantes como la cachemira o la alpaca) es tu mejor aliada. Es cálida, elegante y no pica como en los 80. También puedes optar por el terciopelo, que está muy de moda, o incluso el tweed si te gusta el estilo chic británico.
Pero cuidado con la trampa de los materiales sintéticos. Pueden ser bonitos, pero no respiran. ¿El resultado? Sudas mientras bailas y tiemblas en cuanto sales. En resumen, una combinación perdedora.
Si te has enamorado de un vestido bonito y ligero, no te preocupes: un forro térmico fino puede hacer maravillas. Añade unas medias calentitas (opacas pero elegantes, por supuesto) y una estola de lana bien elegida. Estás lista para enfrentarte a las inclemencias del tiempo sin sacrificar el estilo.
Buenas noticias para los caballeros: el traje de tres piezas no es solo para películas de época. Un chaleco debajo de la chaqueta no solo le da un toque de estilo, sino que también abriga. Opta por un traje de lana (volveremos a hablar de esto), e incluso puedes dejar el abrigo a un lado para unas fotos.
El arte de superponer capas es todo un programa. La idea es multiplicar las capas finas , en lugar de un suéter enorme que te haga parecer un yeti.
Empieza con una capa transpirable: una camiseta térmica fina o un body para mujer. Después, añade una camisa, un vestido, un vestido de novia sencillo o una blusa. Después, una chaqueta o blazer elegante. Por último, termina con un abrigo de buen corte para no arruinar todo ese esfuerzo.
No bromeamos. Ya hay ropa calefactable , incluyendo chalecos finos con baterías integradas. Se usan debajo de la ropa y calientan discretamente. Una opción poco glamurosa, pero increíblemente efectiva para bodas polares.
Ah, el abrigo. Ese héroe silencioso que te espera en la entrada mientras perfeccionas tu look frente al espejo. A menudo se pasa por alto, pero es lo primero que te ven al llegar .
Invierte en una prenda hermosa. Un abrigo de lana largo y bien cortado que te quede perfecto. Negro, camel, azul marino, burdeos... Date un capricho. Para las mujeres, un cinturón puede acentuar la cintura y añadir un toque de elegancia. Para los hombres, un corte recto o cruzado añade carisma al instante.
Ya lo sabemos, es cómodo. Pero no vas a Courchevel. Déjalo en el armario.
El invierno es la época perfecta para jugar con accesorios elegantes y prácticos . Bufandas, guantes, gorros… Sí, todos pueden ser elegantes si se eligen con cuidado.
Opta por bufandas finas pero abrigadas en colores que combinen con tu atuendo. Los guantes de cuero forrados en lana son elegantes y efectivos. Y para las damas, un turbante o una boina de lana son una alternativa moderna al sombrero clásico. Si buscas un toque elegante para complementar tu vestido de novia campestre , estos accesorios le darán el toque final perfecto.
Para las mujeres, opten por medias de lana merino o cachemira. Sí, existen. Y son revolucionarias. Para los hombres, no descuiden los calcetines: finos pero abrigados, evitan el efecto de pies congelados en la recepción.
¿La trampa clásica? Usar tacones altísimos o zapatos Derby finos cuando hace mucho frío. Mala idea. Necesitas zapatos con estilo que sean apropiados para la temporada .
Para las mujeres, los botines son la mejor opción. Son elegantes, resistentes y, si los eliges bien, combinarán a la perfección con tu vestido. Para los hombres, unas botas de cuero bien lustradas son perfectas. Además, mantienen los pies calientes y evitan que acabes con los calcetines mojados.
Puede parecer exagerado, pero resbalarse en un trozo de hielo frente a la iglesia deja huella en la mente (y a veces en el coxis). Una pequeña almohadilla antideslizante puede salvar el día.
Puede que sea una boda, pero no es la Semana de la Moda de Siberia. La idea es lucir elegante, por supuesto, pero sin sacrificar la salud. Olvídate de los vestidos con la espalda al aire, las minifaldas o los hombros al descubierto. Un vestido de novia de encaje , puro sutileza y refinamiento, realzará tu figura a la perfección sin exagerar. Tendrás tiempo de sobra para lucir tus conjuntos de verano en julio.
Opta por un vestido largo o midi con mangas (al menos ¾). Telas como terciopelo, crepé grueso o seda forrada son perfectas. Un vestido cruzado también puede ser una buena opción, ya que se ajusta según las capas.
Un traje de pantalón o un mono elegante con un corte bonito es elegante, moderno y protege del frío. No olvides un cinturón elegante y unas joyas bien elegidas, y estarás lista.
¿Te invitan a una boda y dudas entre la elegancia y la protección térmica? Buenas noticias: ambas son posibles .
Opta por un traje de lana, franela o tweed. Estos materiales son nobles, duraderos y, sobre todo, mucho más cálidos que el poliéster. El traje de tres piezas es una elección muy inteligente (ya lo hemos dicho, pero es genial). Y no tengas miedo de atreverte con un color ligeramente original: verde abeto, azul marino, burdeos... En cuanto a un vestido de novia de manga larga , la elección del material y los colores también juega un papel esencial en la elegancia y la comodidad.
Evita las camisas finas de oficina. Elige una de algodón grueso o ligeramente peinado. Y, sobre todo, usa una camiseta discreta o ropa interior térmica debajo.
Algunos novios tienen ideas atrevidas. Como celebrar la ceremonia al aire libre en febrero, "porque es más auténtico". Bien. En ese caso, adáptense.
Abrígate, saca guantes elegantes, una bufanda bien apretada y un abrigo largo. Empaca una manta discreta (o con estilo), una bolsa de agua caliente de bolsillo y un par de calentadores de manos.
A la hora de las fotos, puedes quitarte los abrigos y otras capas discretamente durante 5 minutos. Pero date prisa. El estilo no vale un resfriado.
Algunas bodas tienen un código de vestimenta: blanco invernal, bohemio chic, años veinte, o incluso un vestido de novia sin tirantes , lo que sea. Es importante jugar con la estrategia, pero sin perder la compostura.
Intenta interpretar el tema a tu manera: un accesorio, un color dominante, un corte vintage, una estola con flecos... Sin ponerte en peligro climático.
Evita el disfraz de copo de nieve gigante o el vestido de encaje 100 % transparente. No estás disfrazada, estás invitada. Un matiz.
Por último, pero no menos importante: tu cara y tu cabello. El frío, el viento, la humedad... todo puede salir mal rápidamente.
En cuanto al maquillaje, opta por texturas duraderas y productos a prueba de agua. Una buena prebase, una base hidratante y un labial que dure sin resecar. No olvides el fijador (un spray milagroso).
En cuanto al cabello, olvídate de los rizos elaborados que duran 10 minutos. Opta por moños despeinados, trenzas o recogidos elegantes pero naturales. Y sobre todo, protege tu cabello del frío con un toque de aceite o un spray protector, como se recomienda aquí .
Vestirse para una boda de invierno no es tarea imposible. Es cuestión de estrategia, sentido común y un poco de estilo. Combinando calidez, elegancia y practicidad, sin duda destacarás por las razones correctas.
Así que, prepara tus mejores guantes, ajústate el abrigo y disfruta de tu día especial sin rechinar los dientes. Y quién sabe, quizá incluso le robes el protagonismo a la novia (o al novio) . Pero eso queda entre nosotros.