¡Ah, la boda! Ese momento único en el que todo tiene que ser perfecto: la sonrisa, el peinado, los anillos y, sobre todo, el vestido . Si buscas EL vestido que te hará brillar, probablemente ya hayas buscado "vestido de novia" en Google, Pinterest y en los sueños más locos de tu abuela. Pero antes de enamorarte de un diseño, hay una pregunta crucial que debes hacerte: ¿qué tela deberías elegir para tu vestido de novia?
Sí, entre nombres que suenan a platos gourmet (tafetán, organza, gasa...), materiales que brillan, los que caen bien, los que rascan (sí, te vemos, el satén que hace sudar en agosto), no es fácil.
¡Que no cunda el pánico! Vamos a repasar las telas más populares para vestidos de novia, sus ventajas, sus pequeñas desventajas y cuándo elegirlas. Así, podrás elegir la tela perfecta sin complicaciones.
La seda es como la reina de las telas. Suave, fluida, con el brillo justo... Cumple con creces. Es la opción predilecta para quienes buscan un vestido de novia chic, elegante y ligeramente aristocrático (sin llegar a llamarse «Madame la Comtesse», claro).
Tiene una caída natural absolutamente espléndida. Se adapta a las curvas sin apretar, manteniendo su fluidez.
Ella respira, lo que evita que después de 30 minutos de baile acabe convertida en una esponja humana.
Se presenta en varias versiones (duchesse, crepe, charmeuse, etc.), lo que permite encontrar una seda para cada estilo.
El precio. La seda hay que ganársela... y pagarla.
Puede ser un poco temperamental. Se mancha con facilidad y requiere limpieza en seco para la más mínima mancha.
Perfecto para bodas en interiores, con vestidos románticos o muy minimalistas. También es una buena opción si buscas un vestido sencillo pero lujoso, sin pedrería ni adornos.
¿Sueñas con un vestido con volumen? ¿Un efecto sorpresa al entrar en la habitación? Ya sea que elijas un vestido de novia bohemio o de estilo princesa, el tul es tu mejor aliado. Es lo que le da a tu atuendo esa ligereza y un encanto irresistible.
Es ligero como una pluma.
Ayuda a crear volumen sin añadir peso.
Se combina maravillosamente en capas y da un efecto mágico.
Puede picar si no está bien forrado. No querrás pasarte toda la noche rascándote la cadera.
Frágil. Puede correrse como una media si no tienes cuidado.
Ideal para novias que buscan un vestido voluminoso y de cuento de hadas. Se suele encontrar en faldas, a veces en las mangas o en la espalda para crear un efecto ilusión.
Si has estado pensando en un vestido de sirena o siempre has soñado con un look al estilo del Hollywood clásico, el satén podría ser justo lo que necesitas. Es una de las telas más brillantes, perfecta para un look sofisticado.
Su brillo le da un aspecto muy lujoso.
Tiene una caída pesada, perfecta para cortes estructurados.
No es muy transpirable. Ten cuidado si te casas a mediados de agosto.
Puede acentuar las arrugas o marcas en la ropa interior.
Perfecto para bodas glamurosas, preferiblemente de noche o en interiores. Evita los trópicos a menos que te guste vivir al límite (o sudar con elegancia).
La muselina es como el vestidito blanco de verano, en versión nupcial. Ligera, vaporosa, con un toque vaporoso... es muy popular para vestidos bohemios o ceremonias al aire libre, pero también puede añadir un toque de ligereza a un vestido de novia estilo princesa. .
Muy ligero, perfecto para bodas de verano.
Vuela con el viento (muy instagrameable, pero cuidado con las traicioneras ráfagas de viento).
Tiene un aspecto natural y sensato.
A menudo es transparente y requiere un revestimiento.
No aporta volumen, así que evítalo si buscas un vestido estilo princesa.
Ideal para una boda en la playa, un entorno natural o un look bohemio chic, es perfecto para novias que buscan un vestido fluido y romántico.
El mikado es un satén ligeramente más rígido, perfecto para vestidos elegantes y esculturales. Crea al instante un look de pasarela de alta costura.
Mantiene muy bien su forma. Perfecto para un vestido con un corte original.
Tiene un acabado mate, muy elegante y moderno.
Puede ser un poco rígido, por lo que no es ideal si buscas fluidez.
Menos adecuado para temperaturas muy altas.
Para las novias que desean un vestido estructurado, original y con un corte moderno, el Mikado tiene un aire muy “de diseñador”.
La organza es una tela mágica. Es ligera y rígida, transparente pero con cuerpo. Perfecta para un vestido de novia corte sirena , permite crear vestidos sofisticados con volumen, pero sin el efecto de "pastel".
Proporciona sujeción sin ser pesado.
Tiene un ligero brillo, perfecto para un look de cuento de hadas.
Puede hacer ruido cuando caminas (sí, chirría).
Puede resultar un poco rígido para la piel.
Ideal para vestidos con faldas voluminosas, con un toque futurista o arquitectónico. También se usa mucho en mangas o sobrefaldas.
El crepé es la tela predilecta para las novias que buscan un minimalismo chic . Sin adornos ni encajes, pero con un corte cuidado en una tela lujosa. Suele ser la opción ideal para vestidos modernos y elegantes.
Tiene una caída agradable y fluida, sin ser flácida.
Es cómodo y elástico (gracias por los movimientos de baile).
Es mate, muy elegante.
Puede marcar los pliegues.
Necesita un buen corte, porque no perdona errores.
Ideal para novias que buscan un vestido moderno, sencillo y a la vez refinado. Es ideal para vestidos de corte sirena o corte tubo.
¡No podíamos perdérnoslo! El encaje es como el punto culminante de las telas de boda: no lo completa todo, pero lo realza todo.
Añade un lado romántico instantáneo.
Se puede utilizar en pequeños toques o en todo el vestido.
Se puede rayar si no es de buena calidad.
Tenga cuidado con el efecto tapete si lo usa en exceso.
Perfecto para vestidos vintage, bohemios o ultrarrománticos. Úsalo en las mangas, la espalda o como detalle en el corpiño.
La tela puede realzar tu silueta, especialmente si se trata de un vestido de novia corto ... o hacerte arrepentir de tu elección desde la primera foto. Aquí tienes algunos consejos para evitar errores.
Opta por telas ligeras como la gasa o el tul, que aportarán volumen. Evita las telas demasiado rígidas, que pueden deformar la silueta.
El crepé y el mikado son perfectos para estilizar la silueta. Opta por materiales mate que no sean demasiado brillantes (el satén, por ejemplo, suele atraer la mirada hacia donde no es necesario).
Puedes usar casi cualquier cosa. Aprovecha para jugar con el volumen: tul, organza o seda vaporosa, todo vale.
Evita las telas demasiado gruesas que te resulten pesadas. Opta por telas vaporosas como la gasa o el crepé fino.
¿Encontraste tu tela favorita? ¡Enhorabuena! Pero antes de pagar, aquí tienes algunos errores que debes evitar.
Sí, la seda duquesa es sublime, pero si te casas en pleno verano en el sur, podrías convertirte en una sauna. Adapta la tela a la temporada y al lugar de la ceremonia .
Llevas puesto un vestido de novia durante horas . Si la tela pica, te aprieta o te hace sudar, te arrepentirás. Te lo prometo.
A veces lo que imaginas no resulta igual en la vida real. Toca, prueba, dóblate, camina... En resumen, ¡prueba! Encontrarás consejos útiles aquí .
La tela de tu vestido de novia es la base . Define el tono, la comodidad y el estilo de tu atuendo. Ya seas una romántica empedernida, una minimalista elegante o una reina del baile con aires de Cenicienta, hay una tela perfecta para ti .
Lo principal es sentirse bien , guapa y poder bailar hasta las 3 de la mañana sin soñar con quitarse el vestido cada cinco minutos.
Entonces, ¿satén o gasa? ¿Tul o crepé? Tú decides.